miércoles, 7 de julio de 2010

Tema 3 primera sesion: DON BOSCO, EDUCADOR Y EVANGELIZADOR DE JÓVENES


No concebimos a un Don Bosco separado o alejado de los jóvenes. Ellos le interpelaron
y le crearon interrogantes. Se acercó a ellos y vivió con ellos, para acompañarlos en
su crecimiento humano y cristiano.
En este tema, nos acercamos a esta realidad y veremos cómo Don Bosco fue un verdadero
educador y evangelizador de jóvenes, a lo largo de toda su vida. Al mismo tiempo,
nos preguntaremos por la respuesta que estamos dando, actualmente, a las necesidades
juveniles.

Resulta claro cómo surgen las inquietudes educativas y evangelizadoras en Don Bosco, desde pequeño. Se trata de un ardor que le acompañó siempre y que fue concretándose a través de las circunstancias, de la mano de Dios: es y se siente educador y evangelizador en medio de sus compañeros, entre los que promueve, con creatividad, iniciativas evangelizadoras. Esa misma inquietud le mueve a iniciar asociaciones de jóvenes, como la "Sociedad de la Alegría"; el mismo ardor educativo le hace ir hasta los jóvenes de las cárceles y los andamios... En definitiva, la vocación de educador y evangelizador es, en Don Bosco, una realidad presente y que se desarrolla a lo largo de toda su vida.
Para llevar a cabo esta tarea evangelizadora, dio vida a múltiples iniciativas y obras, a través de las cuales vivir con los jóvenes esta única realidad educativa y evangelizadora: de modo especial, el Oratorio de Valdocco, que se convierte en referencia obligada de fidelidad salesiana; una obra singular que aporta un ambiente juvenil, una presencia acogedora, un lugar de múltiples iniciativas recreativas, culturales y religiosas. Y, junto al Oratorio, los talleres, la escuela, el internado, la inquietud por las vocaciones, la preocupación misionera... Como alma en el cuerpo, la tarea evangelizadora y educativa de Don Bosco se realiza en sus obras con un talante, un estilo, un espíritu. Objetivo central de toda su obra educativa es la formación de "honrados ciudadanos y buenos cristianos". Su método, el que él mismo llamó "Sistema Preventivo", basado en la amabilidad y el cariño, en la "razonabilidad" y en la trascendencia. Todo ello, dentro de un ambiente educativo, en el que la alegría, la presencia cercana y amiga..., hace posible llegar al corazón del joven.

"Con sus amigos de I Becchi "'
"Me habéis preguntado muchas veces a qué edad comencé a preocuparme de los niños.
A los diez años, hacía lo que era compatible con esa edad: una especie de "oratorio festivo". Escuchad. Era yo aún muy pequeño y ya estudiaba el carácter de mis compañeros. Miraba a uno a la cara y, ordinariamente, descubría los propósitos que tenía en el corazón. Por eso los de mi edad me querían y me respetaban mucho.
Todos me elegían para juez o para amigo. Por mi parte, hacía bien a cuantos podía, y mal, a ninguno. Los compañeros me querían a su lado para que, en caso de pelea, me pusiera de su parte. Porque, aunque era pequeño de estatura, tenía fuerza y coraje
para meter miedo a compañeros de mi edad. De tal forma, que, si había peleas, disputas, riñas de cualquier género, yo era el árbitro entre los contendientes, y todos aceptaban de buen grado la sentencia que dictaba".

Narrador de historias y cuentos=
"Pero lo que les reunía junto a mí y les arrebataba hasta la locura, eran mis narraciones.
Los ejemplos que oía en los sermones o en el catecismo, la lectura de libros como los "Reales de Francia", "Güerrín Mezquino", "Bertoldo y Bertoldino", me proporcionaban el tema.
Apenas me veían, mis compañeros corrían en tropel para que les contase algo, yo que apenas entendía lo que leía.
A ellos se unían algunas personas mayores, y sucedía que, a veces, yendo o viniendo de Castelnuovo, u otras, en un campo o en un prado, me veía rodeado de centena-res de personas. Acudían a escuchar a un pobre chiquillo que tenía un poco de memoria. Estaba en ayunas de toda ciencia, por más que entre ellos pasase por un doctor. "En el país de los ciegos, el tuerto es rey..."

La "Sociedad de la Alegría"'
"Y como quiera que los compañeros que querían arrastrarme al desorden eran los más descuidados en sus deberes, también ellos empezaron a venir conmigo, para que hiciera el favor de dictarles o prestarles los apuntes escolares.
Disgustó tal proceder al profesor, pues mi equivocada benevolencia favorecía su pereza. Y me lo prohibió severamente. Acudí a un medio más ventajoso, es decir: explicarles las dificultades y ayudar también a los más atrasados. Así agradaba a todos y me ganaba el bienquerer y el cariño de los compañeros. Empezaron a venir para jugar; luego, para oír historietas y para hacer los deberes escolares y, finalmente, venían porque sí, como los de Manaldo y Castelnuovo.
Por darles algún nombre, solíamos denominar aquellas reuniones "Sociedad de la Alegría". El nombre venía al pelo, ya que era obligación estricta de cada uno buscar buenos libros y suscitar conversaciones y pasatiempos que pudieran contribuir a estar alegres. Por el contrario, estaba prohibido todo lo que causara tristeza, de modo especial las cosas contrarias a la ley del Señor".

Una respuesta para cada necesidad
Como vemos, Don Bosco trata de responder, poco a poco, a todas las necesidades que los jóvenes presentan, desde las materiales (comida, alojamiento, trabajo...) hasta las espirituales.
∗ "Al advertir que, para muchos chicos, era inútil todo apostolado, si no se les daba asilo, me apresuré a tomar otras habitaciones en alquiler, aunque fuese a un precio exorbitante".
∗ "Cuanta mayor era nuestra solicitud por promover la cultura, tanto más, a su vez, iban creciendo los alumnos... Así que, siempre de acuerdo con el teólogo Borel, y a fin de hacer frente a la creciente necesidad, decidimos abrir un nuevo oratorio en otro sector de la ciudad"' .
∗ "Como todavía no existían talleres en el colegio, nuestros alumnos iban al trabajo y a clase a la ciudad, con serios peligros morales para ellos, pues los compañeros con los que se encontraban, las conversaciones que oían y cuanto veían frustraban lo que practicaban y aprendían en el Oratorio. Fue entonces cuando comencé a hacerles una brevísima platiquita por la noche ("Buenas Noches"), después de las oraciones, con el fin de exponer o confirmar alguna verdad que tal vez hubiese surgido a lo largo del día en las conversaciones".

"Un lugar para los jóvenes: el Oratorio"
"Vocación, proyecto y programa se materializan en un lugar de encuentro juvenil: el Oratorio. La palabra y la realidad del Oratorio atraviesan la vida y los escritos de Don Bosco. Su primera iniciativa germinal, después de sucesivas mejoras, desembocó en el "Oratorio de San Francisco de Sales", cuna y origen de todas las obras que se remontan a Don Bosco. Por eso, queriendo narrar los inicios del movimiento salesiano, cuenta la historia del Oratorio.

El Oratorio respondía a la necesidad de un ambiente juvenil donde los muchachos trabajadores pudieran pasar alegremente el día de d e sc anso dominical y recuperar la fe y la práctica cristiana, e s decir; su identidad original, enraizada en la vida patriarcal y campesina, y puesta a prueba por la emigración, el trabajo y el abandono.
Así pues, el Oratorio era un lugar de reunión y una presencia acogedora. Pero, al llegar los jóvenes, s e convertía en una rumorosa comunidad juvenil. Según Don Bosco, debía estar abierto al mayor número pos ible de muchachos, y no sólo a aquellos pocos que las familias eran capaces de orientar hacia el catecismo.
Comenzaba en la calle y en los talleres, con la toma de contacto con los jóvenes; s e hacía visible los domingos, con la concentración juvenil, y proseguía durante la semana, con la visita de Don Bosco a los lugares donde los jóvenes trabajaban y con los trámites para ayudarles a resolver sus problemas.