jueves, 8 de julio de 2010

Tema 5: Don Bosco, una respuesta a los jóvenes.


En 1841, siendo joven sacerdote, recibió del Espíritu una sensibilidad especial para percibir, a través de diversas experiencias, la desventura y peligros en que se encontraban los jóvenes; muchas veces se interrogaba sobre los jóvenes que veía en peligro: "¡Quién sabe! Si estos muchachos tuvieran un amigo que se preocupase de ellos y los atendiese e instruyese en la religión en los días festivos, quién sabe si no se mantendrían alejados de su ruina o, por lo menos, si no se reduciría el número de los que vuelven a la cárcel!"?


Según Promesa que formal y alegremente hacemos somos Salesianos Cooperadores, con cuatro compromisos libremente asumimos:

Así pues, me comprometo:

a ser fiel discípulo de Cristo en la Iglesia católica;

a trabajar por tu Reino, especialmente en la promoción y salvación de los jóvenes;

a profundizar y dar testimonio del espíritu salesiano;

a colaborar, en comunión de Familia, con las iniciativas apostólicas de la Iglesia local.”(Estatuto Art.32.2)

Nuestra opción preferencial: los jóvenes, significa que ante un mundo de alternativas apostólicas de trabajo por la construcción del Reino de Dios, nosotros los SC preferimos atender “a los jóvenes especialmente a los más pobres y a los que son víctimas de cualquier forma de marginación, explotación y violencia, a los que se preparan al mundo del trabajo y a cuantos dan muestras de una vocación específica.” (Estatuto Art 8.2)

Esta opción preferencial, los jóvenes, nos cuestiona desde la raíz, pues nuestra vocación salesiana nace del amor a los jóvenes y a veces las expresiones, elecciones y acciones no son consecuentes con esta opción preferencial. Pensemos: ¿Estoy como SC, trabajando por la promoción y la salvación de los jóvenes? ¿Atiendo especialmente a los jóvenes más pobres? ¿Atiendo especialmente a los jóvenes victimas de cualquier forma de marginación, explotación y violencia? ¿Atiendo especialmente a los que se preparan al mundo del trabajo? ¿Atiendo especialmente a cuantos dan muestras de una vocación específica?

No olvidemos que nuestra vocación se distingue por dos actitudes:

a) sentir a Dios como Padre y Amor que salva; encontrar en Jesucristo al Hijo Unigénito, apóstol perfecto del Padre; vivir en intimidad con el Espíritu Santo, animador del Pueblo de Dios en el mundo;

b) Sentirse llamados y enviados a una misión concreta; contribuir a la salvación de la juventud comprometiéndose en la misma misión juvenil y popular de Don Bosco.”(Estatuto Art.2.2)

Nuestra opción preferencial: los jóvenes, necesita un baño de realidad, a lo mejor nos estamos quedando lejos de los destinatarios más necesitados. En un tiempo de caos y confusión los muchachos y las muchachas tienen grandes dificultades para crecer. La violencia, la marginación, la falta de empleo, las maras, la desintegración familiar, los vicios de las nuevas tecnologías, el desorden y el descuido en la atención de la juventud organizada, no son cosas que suceden en otro lado están pasando aquí frente a nuestra casa sino es que adentro. No cerremos los ojos y no nos acomodemos a un trabajo apostólico divorciado de la realidad, de los jóvenes.

Provoca también hacernos un llamado de atención acerca de la profunda necesidad de mantener al día nuestra formación, el mundo sigue su marcha y existen “nuevos patios” donde los jóvenes se encuentran y en medio de los cuales los SC podríamos estar pero necesitamos estar al día y conectados a la realidad para que nuestras respuestas y propuestas no le suenen a los jóvenes vacías o poco autenticas.

Los jóvenes, tiene rostros y nombres concretos, no es una mera cuestión de propuestas, reuniones y proyectos, es vital nos da vida porque damos vida. Mientras dudamos en concretar estamos perdiendo ante las drogas, el consumismo, la politiquería, las ideas erradas de Dios y quien sabe cuántos otros competidores más. Y no estamos perdiendo jóvenes en general sino concretamente a Gustavo, a Perla, a Mario, a Liliana y todos esos otros jóvenes cuyo rostro estamos recordando. En la medida que respondemos cambian vidas no lo dudemos, nuestra presencia calificada y preparada puede dar luz a muchas sombras juveniles.

¡Animo hermanos y hermanas!, nuestra opción preferencial: los jóvenes, es una promesa que podemos cumplir. Día a día, joven a joven, pero a algunos nos hace falta dar el primer paso y dirigirnos sin temor en medio de los patios que la vida nos presenta para acompañar a nuestros muchachos y muchachas, y a otros que ya estamos ahí nos hace falta involucrarnos, ser parte y no estar aparte. A los demás felicidades la semilla cayó en tierra buena.

Que Dios nos bendiga a todos, recuerden, Don Bosco nos espera en el paraíso.