miércoles, 7 de julio de 2010

Tema 4 : DON BOSCO, REPUESTA A LA SOCIEDAD


En nuestro tiempo, es frecuente encontrarse con personas que dicen "pasar de política,
de justicia social...", o con personas muy críticas a la hora de enjuiciar los comportamientos y actuaciones en estos campos, pero sin implicarse en ellos, y también, con personas comprometidas seriamente.
Conocer a Don Bosco y reflexionar sobre sus respuestas puede iluminar nuestra implicación en el campo social y político.

¿Captó Don Bosco el problema relativo a la cuestión social, en su entorno y en su época?
La cuestión social fue producida por la industrialización. Los centros industriales concentraron multitudes de obreros en torno a las fábricas, y los patronos, basándose en los principios del liberalismo económico, los explotaron. El patrón se entendía directamente con el obrero y cada uno se consideraba libre en el momento del contrato; el obrero podía irse a otra fábrica y el patrono, contratar a otro obrero. Pero la realidad era que el operario sin trabajo acudía al patrono en las condiciones que fuesen; de ahí los salarios de miseria y las jornadas laborales de hasta dieciocho horas, y unas condiciones de vida durísima para los obreros y sus familias. Si así estaban los obreros, ¿qué podríamos decir de los aprendices...?
En diversas ciudades europeas estallaron revoluciones, que fueron acalladas a cañonazos.
El problema se agudizó a partir de 1848 y muchos obreros se inclinaron hacia las ideas más extremistas, produciéndose el lanzamiento del comunismo y la llamada "lucha de clases". Marx, en ese mismo año, publicó el "Manifiesto comunista".

Don Bosco, hombre práctico
Según Teresio Bosco, otro de sus biógrafos, nuestro Fundador no fue un teórico social, sino un apóstol que se dedicó a resolver de inmediato las necesidades urgentes. A los Salesianos les dice: "Dejemos a otras Ordenes más aguerridas la denuncia y la acción política. Nosotros vayamos directos a los pobres".
Don Bosco, con sus "oratorios", sus escuelas y talleres, fue un sociólogo práctico. A este respecto, podemos traer aquí, a modo de ejemplo, el episodio ocurrido cuando, a finales de 1854, aparece el cólera en Turín. El 5 de agosto, Don Bosco les habla así a sus chicos y jóvenes: "Sabéis que el Alcalde ha hecho un llamamiento. Hacen falta enfermeros y asistentes para cuidar a los apestados. Muchos de vosotros sois demasiado jovencitos; pero, si alguno de los mayores se atreve a venir conmigo a los hospitales y a las casas particulares, haremos juntos una obra buena y agradable al Señor'

Don Bosco y las autoridades e instituciones
Don Bosco, hombre práctico, para conseguir la presencia de su obra en la sociedad civil, usa un método concreto: interesar a las autoridades civiles de Turín. En este sentido podemos interpretar sus famosas "loterías", uno de los medios más utilizados por él para interesarles.
Sus relaciones con las autoridades civiles son las de un hombre que, por un lado, respeta sus ideas, recurre a su ayuda; pero, por otro, se sitúa frente a ellas con la misma dignidad. Sabe que desempeña un cometido que las instituciones no son capaces de realizar y que él, en cambio, garantiza.

LA RESPUESTA DE DON BOSCO
"El verdadero fracaso en la vida es llegar a morirse sin corazón" (Carrin Dumne). No fue éste el caso de Don Bosco, ya que su corazón, amplio y extenso como las infinitas arenas de la playa, lo puso al servicio de la juventud marginada y de los sectores populares más necesitados.
Metido de lleno en el ambiente de la revolución industrial, afrontó la "cuest ión social", como hemos visto anteriormente, prescindiendo de fórmulas teóricas y apostando por lo concreto y práctico.

Don Bosco, defensor de los aprendices
Siendo joven sacerdote, le vemos preocupado por los aprendices. Son muchos los jóvenes que frecuentan su "Oratorio ambulante", que tiene como finalidad entretener a estos muchachos, los domingos, con agradable y sana diversión, después de haber asistido a las celebraciones litúrgicas en la iglesia.
Su amistad y compromiso con estos muchachos le impulsan a visitarlos durante la semana, en sus lugares de trabajo: barberías, zapaterías, obras en construcción...
Durante este período, una de sus principales preocupaciones era colocar a sus muchachos con patronos honrados y cristianos, en ambientes que no les indujesen a la inmoralidad o, quizás, al riesgo de ir a la cárcel (sus experiencias de las visitas a los presos le confirmaban en esa necesidad), y estipular contratos que impidiesen la explotación, tan frecuente entonces, sobre todo con los aprendices. Cuando las relaciones entre patronos y aprendices se enrarecían o se estancaban, Don Bosco acudía para poner de acuerdo a ambas partes. "Hacía comprender a los patronos -afirma Don Lemoyne- que él se preocupaba de que sus jóvenes aprendices fueran laboriosos y dóciles; y que los patronos, por su parte, debían instruirlos adecuadamente y tenerlos alejados de todo escándalo".'
En el "Archivo Central" de los Salesianos en Roma, se guardan dos "Contratos laborales" que llevan ya las firmas del patrono, del aprendiz y del propio Don Bosco: un contrato de "aprendizaje" en papel corriente, fechado en noviembre de 1851; y un segundo contrato de "aprendizaje" en papel sellado, firmado el 8 de febrero de 1852.
De Don Bosco puede decirse que fue "el primer sindicalista italiano verdadero, como
defensor de los trabajadores y del trabajo".

El Oratorio
Para paliar las deficiencias que cada día descubre, en su defensa de los aprendices,
Don Bosco irá consolidando un oratorio estable que, con el tiempo, será:
  • casa- internado: supera el mero "ofrecer asilo" y el aspecto prevalentemente disciplinar; con una vida de familia, por la cual educadores y superiores conviven con los muchachos; con ofrece a los jóvenes una casa que acoge, con un estilo nuevo, que múltiples actividades, según los gustos de los jóvenes, y en la que se fomenta la libertad de expresión, el diálogo, la participación y la confianza.
  • escuela-talleres (o "escuelas de artes y oficios'): en los que se pueden desarrollar la variedad de intereses culturales y profesionales, y, sobre todo, educarse para la vida.
  • iglesia: parroquia para "los que no tienen parroquia", donde se propone y se experimenta la fe y el compromiso; y en la que se cuidan las devociones populares, entre las que destaca la devoción a María como Auxiliadora, cuya plasmación la encontramos en la "Basílica" erigida por Don Bosco en su honor;
  • patio: donde es posible estar juntos y expresar el gozo en manifestaciones artísticas y con vitalidad.
En el Oratorio es donde podemos descubrir a un Don Bosco "padre y maestro" de huérfanos, pobres, marginados y analfabetos, a quienes dedica totalmente su vida.

Don Bosco y los medios de comunicación social de su tiempo
En tiempos de Don Bosco, prácticamente, el único medio de información que transmitía la noticia era la prensa, los periódicos.
Don Bosco se dio cuenta de la importancia de su influjo y tomó la decisión de aprovechar la imprenta como medio eficaz de promoción social. Desde 1844, realizó una larga serie de publicaciones, de libros de devoción, de libros escolares, de publicaciones periódicas... Para estas iniciativas editoriales, Don Bosco se valió de varios impresores turineses.

Don Bosco necesita brazos
Dada la enorme importancia que Don Bosco concedía al problema de la "salvación de los jóvenes", no dudó en llamar a la misma tarea a personas de buena voluntad, de cualquier condición que fueran. Al principio, son eclesiásticos, que se asociaron para ayudarle (Cafasso, Borel, etc.); luego, los seglares, "i giovani maestrini", "i pii secolari" Cuando quería subrayar que, en sus orígenes, la Obra Salesiana había sido el feliz resultado de una acción de conjunto, recordaba las características de estos colaboradores de este modo: "Entre otras cosas, se encargaban de buscar un patrón honrado a los jóvenes, cuando no tenían empleo, y de proveer de camisa, calzado y ropa decente a quienes carecían de ello".
Don Bosco fue madurando la idea que tenía de estos colaboradores suyos, "amantes de la buena educación del pueblo", y les fue confiando otras tareas: enseñar catecismo o impartir clase a los muchachos.

"Buenos cristianos y honrados ciudadanos"
Un objetivo fundamental de Don Bosco era hacer de sus muchachos "buenos cristianos y honrados ciudadanos", a través de un proyecto de formación integral, y prepararlos para su inserción en la sociedad.
En realidad, se trata de una finalidad que abarca dos aspectos: la promoción del hombre y el compromiso de fe. No se puede anunciar el Evangelio sin que éste inspire soluciones adecuadas a los problemas de la existencia del hombre; pero tampoco se puede pensar en una verdadera formación del hombre, sin abrirlo a Dios, sin anunciarle a Jesucristo y sin ayudarle a comprometerse con El. De ahí que Don Bosco se preocupara de desarrollar en los muchachos las tres dimensiones necesarias para que el joven se integre dignamente en la sociedad o en la vida laboral: la religiosa- moral, la intelectual y la profesional.
Para Don Bosco, acoger y educar a los jóvenes artesanos supone formarles de manera que, al salir del Oratorio, una vez terminado su aprendizaje, hayan adquirido un oficio con que ganarse honradamente la vida, se hayan educado bien en la religión y tengan los conocimientos adecuados a su condición.